Reducir la mortalidad infantil

Cuarto objetivo de Desarrollo del Milenio.

La muerte de un niño es un acontecimiento todavía trágico. Cerca de 11 millones de niños mueren cada año (es decir, 30.000 al día) antes de alcanzar la edad de 5 años. La mayoría viven en países en desarrollo y se mueren de alguna enfermedad, o de un conjunto de enfermedades, que habrían podido prevenirse o curarse por poco coste, con los medios de los que ya se dispone. A veces, estas muertes se deben simplemente a la falta de antibióticos para curar una pulmonía, o de sales de rehidratación oral para contrarrestar una diarrea.

La desnutrición está presente en más de la mitad de los casos. La mortalidad de los niños está estrechamente vinculada a la pobreza: los progresos en la supervivencia de los niños de menos de un año y de los de menos de 5 años, son los más lentos en los países pobres y, en los sectores más pobres de la población de los países con más recursos. La solución del problema pasa por la mejora de los servicios de salud pública, en particular, los equipamientos de aprovisionamiento de agua y saneamiento. La enseñanza, en especial cuando afecta a las muchachas y a las madres, es también un medio de salvar la vida de un niño. Elevar el nivel de renta no es tampoco inútil, pero los resultados seguirán siendo ínfimos si los servicios necesarios no alcanzan a los que tienen mayor necesidad.

Objetivos:

  • Reducir la mortalidad de niños menores de cinco años.
  • Mejorar los servicios de salud pública, los equipamientos de aprovisionamiento de agua y saneamiento.

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