Como forma de solidaridad, no podemos olvidar una de sus manifestaciones: la ayuda humanitaria, con la que se pretende apoyar a personas en situaciones de emergencia urgente debidas a catástrofes naturales, epidemias que surgen de repente, enfrentamientos bélicos o disturbios internos.Esta forma de ayuda responde a las necesidades básicas o de urgencia: hambre, hambruna, salud, reconstrucción de las infraestructuras tras un siniestro, educación, protección de la infancia y poblaciones desfavorecidas, construcción o saneamiento de las redes de agua, construcción de las redes de comunicación, etc.
Por desgracia en nuestro planeta no dejan de surgir casos de catástrofe natural, o conflictos de distinta índole que nos obligan a reaccionar. Como personas tenemos el deber de acudir en apoyo del necesitado, no podemos quedarnos de brazos cruzados ante los problemas de los demás. Y en casos de necesidad urgente, nuestra respuesta debe ser inmediata, cuantas personas se quedan en la calle, sin agua, sin comida, sin lugar en el que dormir..., nuestra respuesta puede marcar la diferencia para ellos. Colaboremos, participemos con nuestro pequeño grano de arena. No dudemos en unir nuestras fuerzas y esfuerzos a través de las organizaciones creadas para ello, ellas sabrán coordinar y hacer que nuestra pequeña colaboración llegue donde deba llegar, tenga los resultados que pensamos.
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